jueves, 4 de junio de 2009

Vacaciones : la mejor época del año .

Cuando una se propone disfrutar de las mismas, en posición de loto, alineando y armonizando los chakras, prendiendo un incienso “sai flora”, música “new age” y diciendo a los cuatro elementos: “Voy pasar bien, no me voy a pelear con mis hijos, haré una vida relajada y desestresada, invitaré a mis amigas del alma y perdonaré todas las peleas pasadas”
Luego me digo a modo de mantra unas cuatro o cinco veces:
“Voy a disfrutar, voy a disfrutar, voy a disfrutar, voy a disfrutar”

Cuando llego a la casa familiar de las afueras limpio , barro, ordeno, guardo ropa, juguetes, barrenadores, paletas playeras, shorts de baño, mallas, abrigo liviano, impermeables por las dudas, algún pantalón por si refresca , ropa de más por si no se puede lavar y secar al sol ( porque carecemos de lavarropa en la casa de afuera , así como de tv cable, teléfono, microondas, multiprocesadora, secarropa, computadora, freezer y aspiradora… además de empleada, ya que se tomó todo el mes de vacaciones reglamentarias )
Por suerte tengo un ex marido que debe tener un gen escandinavo, me llevó en su coche con : niños, perro, patineta y bicicletas .
Luego de dejar todo en la casa , nos invitó a almorzar a un restaurant del balneario.

Queda claro , entonces , que mis vacaciones implicaban estar todo el día con los niños, además de hacer mandados, cocinar, lavar ropa a mano, separar a los niños en cada situación belicosa en la que sus vidas peligraban (y mis nervios: ni hablar) además de tratar de convencerlos de que debían ir a la playa de tarde por la radiación ultravioleta y el agua que está mas calentita, que debían ponerse protector para andar en bici y por supuesto: gorro.

Iba casi todo bien hasta que llega mi amiga de la infancia con una angustia insostenible y su hijo adolescente, exiliada de la casa de verano de sus padres (y sin antidepresivos en el portacosméticos!!!), que se bajaba ¾ lt de whisky diarios, se fumaba dos cajillas de cigarrillos y se dormía la mona después del almuerzo.
Luego se levantaba antes de la merienda tardía a las 20 hs y todo lo quería comprar en lugar de elaborar
Comienza a partir de allí otro tipo de convivenci : dos núcleos familiares, dos “modus vivendi” ...
Yo, a partir de ese momento empiezo a ser la “histérica de la limpieza” y la que impone “muuuuchas reglas y normas” que reta a los niños y los hace lavarse la taza de la leche, colaborar en las compras diarias en su bici, y esperar cuando la madre les prepara una comida que les encanta pero tiene un poco más de elaboración como bizcochos caseros con levadura, pizza, merengues o revuelto “gramajo” , sin salir a buscar el primer delivery de pizza que haya en la vuelta.
¡Y yo , que me había llevado la medicación que me ayudaría a dejar el cigarrillo además del multivitamínico!
Obviamente, no sólo dejé de tomar la pastilla en cuestión sino que me deglutía el ansiolítico de mañana y de tarde, además de fumar hasta quince cigarrillos diarios.


Lo importante es que no tuve muchos accidentes domésticos más que los que generan andar en bici o cortar distraída alguna lechuga.
La vida sigue y yo sin acudir al psiquiatra ni a mayores meditaciones o armonizaciones.
Y el verano también sigue aunque mi trabajo empieza mañana y dentro de todo se sigue viviendo cierta magia veraniega que hace que el sol nos haga sentir de alguna manera que esta estación es eterna y que falta taaaaaaaaanto para que empiece el invierno.
“Todo brillo es oro bajo el leve lente del verano” dijo un poeta.
Obviamente si esto me hubiera pasado en invierno… estaría con una locura indescriptible porque lo que el sol tiene es que entibia los ánimos y lima algunas asperezas quitando importancia a cosas que en las noches invernales parecerían terribles.

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